La clase media argentina padecerá, con mayor fuerza, el impacto del impuesto a los Bienes Personales. Mientras los catastros provinciales han actualizado paulatinamente el valor de las propiedades, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha hecho su parte con el reajuste en los valores de los vehículos. Así, más de un millón de personas tendrá que presentar su declaración jurada de Bienes Personales, con una incorporación mayor de contribuyentes alcanzados a este tributo.
Desde el momento de su instauración, en 1991, hasta la actualidad el mínimo de Bienes Personales solamente fue actualizado en 2007 elevándolo a $ 305.000, en tanto que el valor de mercado de los bienes alcanzados por el tributo ha ido incrementándose al ritmo del proceso inflacionario, advierte un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Las valuaciones fiscales de automóviles (según la tabla que anualmente publica la AFIP) y de los inmuebles (en base a los datos de los impuestos inmobiliarios provinciales) han acompañado este proceso. “En 2001 un automóvil mediano tenía una valuación de alrededor de $ 20.000, mientras que en la actualidad se encuentra en torno a los $ 175.000, en tanto la base imponible del impuesto inmobiliario urbano ha sido fuertemente incrementada en el mismo período por todas las jurisdicciones provinciales”, sostiene el reporte.
Esta situación, unida al insuficiente ajuste del mínimo exento, ha provocado que se desvirtúe totalmente le esencia del tributo, ya que desde hace varios años prácticamente la totalidad de los propietarios de inmuebles han quedado alcanzados y, en consecuencia, ya no es un tributo que afecta exclusivamente a los sectores más pudientes de la sociedad, sino que se extiende sobre amplios sectores de la denominada clase media, remarca el reporte al que accedió LA GACETA.
Para este año se puede presagiar un nuevo y fuerte incremento en la presión tributaria del impuesto a los Bienes Personales, ya que no se ha planteado hasta el momento la posibilidad de actualización del mínimo y de los tramos de la escala, y por el contrario los fiscos mantienen su política de ajuste de los valores mínimos de valuación de los bienes alcanzados.
Por caso, el Iaraf toma el caso de un contribuyente propietario de un departamento de dos dormitorios cuya base imponible para 2013 ascendía a $ 340.000 y de dos automóviles, uno mediano cuya valuación según la tabla de AFIP en 2013 era de $ 130.000 y otro chico con una valuación de $ 100.000. Suponiendo que esos fueran los únicos bienes gravados del contribuyente, el impuesto para 2013 ascendió a $ 2.992,50.
“Considerando un ajuste en los parámetros del 35% en el caso de la valuación del impuesto inmobiliario y del 22% en el caso de la tabla de los automóviles, y bajo el supuesto de que no se modifican ni el mínimo ni los tramos de escala, este contribuyente (cuyo nivel de riqueza real no ha variado) pasará, según la DDJJ de 2014, a abonar por Bienes Personales $ 5.824, es decir prácticamente un incremento del 100% respecto al año anterior”, dice el estudio.
Evidentemente, el porcentaje de incremento de presión tributaria dependerá de cada caso particular, aclara. Pero, según el Iaraf, la tendencia a que haya cada vez más familias obligadas al pago del tributo, y a que quienes estén obligadas deban pagar cantidades crecientes por los mismos bienes, se mantendrá inalterable hasta tanto no se ajusten los mínimos y tramos de escala, en consonancia con el incremento nominal en el precio de los bienes gravados.